NI LA LUCIDEZ DE STALIN BASTÓ PARA QUE PIRATAS CAYERA EN EL SALITRE

Bastó con que terminará el himno de Bogotá para que el aplauso de los aficionados hiciera despertar al gigante capitalino. El poderoso Coliseo cubierto el Salitre estaba listo para vivir la fiesta del básquet que terminaría 82-71 a favor del local. Los protagonistas, Búcaros de Bucaramanga, como visitante y  Piratas de Bogotá. De lado y lado dos de los mejores equipos de la primera vuelta del campeonato, y que hoy por hoy se encuentran peleando el primer lugar del grupo A junto a Titanes.

Balón al aire y el relato de Efraín Lloreda anunciaba el inicio de lo que sería el juego más atractivo de la jornada sabatina. Y que juego por favor, basta con devolvernos a revisar el primer cuarto para disfrutar del showtime que iba a dar el equipo del parche. Un triple de Carrera al compás de la chicharra hizo retumbar al Salitre. Y ni hablar de las dos volcadas de Dupree que dejaban en claro que había valido la pena pagar la boleta. Estábamos ante el espectáculo de la Patineta.

Catorce puntos de diferencia a favor de Piratas en el inicio del segundo cuarto eran la muestra de que Búcaros no lo tendría fácil en Bogotá, y que ni siquiera con la entrada del experimentado Stalin Ortiz, el barco capitalino dejaría irrespetar la casa. Cinco minutos cumplidos del segundo cuarto y la desesperación empezaba a incrementar para los Bumangueses, la pelota no entraba y Jeremy Smith les recordaba con cada canasta que el marcador  era más favorable para los capitalinos.

“Hay que dominar los rebotes’’, era el llamado de atención del Coach Raúl Pabón para sus jugadores. El juego reducía su lucidez y la defensa empezaba a ser protagonista para ambos equipos, así llegaba el cierre de la primera mitad. Un cierre que mostraba a un Piratas decaído en los últimos minutos, en comparación al de la primera mitad, y a un Búcaros que empezaba a reorganizar las ideas.

Aun así diez puntos separaban a ambos Quintetos, y la supremacía de Piratas en el percentil de los rebotes ofensivos nos permite tener una idea del porque los del parche se iban con una ventaja de diez unidades a los vestuarios. Mientras tanto el Salitre  disfrutaba de un show de medio tiempo, los jugadores descansaban y los entrenadores se dedicaban a reajustar los equipos. ¿Qué más se podía pedir?, había sido una buena primera parte.

Pita el juez Melgarejo y arranca la segunda mitad. No bastaron treinta segundos para escuchar ‘‘de tres, de tres, de tres, de tres’’, Stalin convertía para arrancar con toda el tercer cuarto. ¡¡Pero alto!! Dupree no se iba a dejar echar tierra y en una salida rápida, ¡¡cataplas!!, clavadón al estilo Dominique Wilkins. Pero no hay que olvidar que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y hay Dios, Stalin, como le sientan esos 42 años. La potente garganta de Lloreda lo gritaba ‘‘de tres, de tres, de tres, de tres’’, dos triples seguidos de Stalin y ya bajaba la diferencia a cuatro puntos.

Stalin Ortíz, lanzando desde el perímetro.

Pero el profe Tapias como buen capitán del barco sabe que cuando la tormenta se asoma, un tiempo muerto es la solución que la desploma. Doble marca para Stalin y problema solucionado. Pero ojo Piratas, porque no hay que olvidarse de los otros, y menos teniendo en frente a Octavio, Coimbra y Mojica. Pero la comunicación flaquea por momentos en el barco y cuando Piratas se acuerda de marcarlos, ¡¡Ka-Boom!! ‘‘de tres, de tres, de tres, de tres’’, y Stalin otra vez desde la línea de tres.

Cuatro minutos del tercer cuarto y Búcaros como si de un milagro se tratará se ponía en tablas a 49 con Piratas. Definitivamente que las cargas de lado y lado ponían parejo el juego. 52 puntos para cada uno al cierre del tercero, por lo que todo estaba para definirse en el último cuarto.

‘‘De tres, de tres, de tres, de tres «, Soler y Valencia iniciaban los últimos minutos desde la coronilla y con seis más para la plantilla bogotana. De seguro que los relatores ya habían perdido la cuenta de la cantidad de triples que habían cantado durante el juego, y ni hablar de los aficionados, que con su emoción adornaban el Coliseo.

En el cronómetro 4:40 y Coimbra con media vuelta y para adentro, si Dupree puede clavarse, el brasileño también sabe pegarse al aro. Pero no hay que olvidarnos del escurridizo Jeremy Smith que a 2:25 del final, ponía nuevamente a 10 puntos el juego con un espléndido sostenido. Quien diría que esta canasta sería el punto que decantaría el juego. Los segundos siguientes serían nada más de trámite. Es más, era difícil imaginar que luego de encadenar una seguidilla de triples, a Stalin se le negaría el aro en los momentos más importantes del juego.

Pero bueno, eso es lo bello del Baloncesto, un juego en el que nada está escrito hasta que la chicharra suena. Un juego que hoy nos encantó y enamoró, ¿cómo no?, si podemos enorgullecernos de que en Colombia tenemos un equipo como piratas que empieza a destacar con su Showtime en el Salitre, y un veterano como Stalin Ortiz que enamora con sus momentos de lucidez, y que aunque no haya tenido un buen cierre de juego, es claro que aún tiene gasolina para correr en el baloncesto profesional. Por ahora el equipo del parche pasará a ocupar con esta victoria el primer puesto en la tabla del Grupo A, y Búcaros esperará a que en Bucaramanga se emparejen las cosas, ¿Que más le podemos pedir al bendito basket?, pues más jornadas como estas.

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