Por: Jose Palma Jr
Juego definitivo para la Liga Wplay de Baloncesto y las expectativas seguían intactas como las del primer día. En ese contexto, Titanes de Barranquilla no solo fue uno de los encargados de iniciar aquella fecha, sino que ahora era principal candidato en la última de la misma. Por su parte, un Cimarrones histórico que con esta lucha por el título, firmaba su regreso a la dimensión de los mejores equipos del país.
El margen de error se redujo y solo el mejor de este partido podría adjudicarse el máximo honor de la competencia. Mucho trabajo en ambas plantillas técnicas para conseguir un mismo objetivo: quedar campeones. El estado anímico jugó un papel fundamental dentro del encuentro siendo el principal propulsor para los barranquilleros que desde el tercer partido de la serie vienen siendo intratables, y el reto fundamental de los chocoanos que sabían cuál era la vara a superar.
Titanes no tenía nada que perder, los dirigidos por Tomás Díaz se aferraron al favoritismo para mostrar su absoluta superioridad en los primeros minutos. El equipo supo mostrar aquella versión que lo llevaron a lo más alto en las cuatro ediciones anteriores, y ahora Cimarrones era el que pagaba aquellos platos rotos que sobre la duela lo hacían lucir muy perdido y alejado de su verdadera imagen.
Ernesto Oglivie, entre otras cosas nombrado correctamente mejor jugador de estas finales (25 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias), y Josimar Ayarza (18 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias) eran los principales ejecutores de un sistema que los alimentaba constantemente. El primero con mucho espacio para hacer sus acostumbradas penetraciones y el segundo con la confianza de lanzar desde larga distancia. Así mismo, fundamental el ajuste defensivo para aislar de toda jugada ofensiva a Dominic Morrison que dentro de este partido no tuvo un gran rendimiento.
El panorama para la segunda mitad no era bastante alentador para Cimarrones, pero tampoco imposible cuando cuentas en la plantilla con un talento generacional como Romario Roque. El jugador colombiano la ‘sacó del estadio’ cerrando su mejor partido de la temporada (28 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) para devolver a su equipo las opciones y esperanzas de alzar el tan anhelado trofeo. No obstante, era cuestión de tocar los minutos claves para presenciar la participación de un enorme Hansel Atencia (25 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias) que sabemos que le gusta sobresalir en los momentos de mayor presión.
Titanes hizo uso de su jerarquía y sobre la duela del Coliseo Genny Bay se coronó como campeón de la Liga Wplay de Baloncesto y la Supercopa Wplay que lo denomina como máximo campeón de todo el año. Del mismo modo, como dato no menor escribe en mayúsculas en la historia de nuestro baloncesto colombiano ser el único PENTACAMPEÓN de manera consecutiva de la liga. Un equipo completamente histórico y que será muy difícil de olvidar.